NOTICIAS Conozca las últimas novedades del proyecto ‘Paisajes Resilientes en la Chiquitania, Santa Cruz’

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Día Internacional de la Diversidad Biológica

22.05.2021

Somos parte de la solución
En el Día Internacional de la Diversidad Biológica, analizamos la importancia de la biodiversidad en la Chiquitania
Redacción: Mariela Sanchez

Se estima que la actividad humana ha alterado tres cuartos del medio ambiente terrestre a nivel global y alrededor del 66% del medio marino. Además, un millón de especies de animales y plantas están en peligro de extinción. Esta pérdida de la biodiversidad amenaza todos nuestros ámbitos, incluida nuestra salud, a pesar de que cada vez somos más conscientes del gran valor de la diversidad biológica para las generaciones presentes y futuras. Nuestra vida depende por completo de ecosistemas saludables y vibrantes si queremos disponer de agua, alimentos, medicamentos, ropa, combustible, refugio o energía.

Por ello es vital que conservemos, restauremos y protejamos nuestra biodiversidad, entendida como la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes, así como los diversos ecosistemas (lagos, bosques, desiertos, campos agrarios) que albergan múltiples interacciones entre sus miembros (humanos, plantas, animales) y su entorno (agua, aire, suelo).

El departamento de Santa Cruz es uno de los nueve departamentos de Bolivia. Aquí se encuentra la Chiquitania, una región reconocida por su patrimonio cultural debido a las diversas Misiones Jesuíticas repartidas por el territorio. Además, esta zona cuenta con una inmensa biodiversidad de flora y fauna con el imponente paisaje chiquitano como telón de fondo. Precisamente en el bosque chiquitano, considerado el bosque seco más grande del mundo, es donde se ubican las cuencas de San Martín, Paraguá y la subcuenca Zapocó. Además de ser cuencas altamente vulnerables al cambio climático, sujetas a importantes presiones antrópicas, y al mismo tiempo con alto valor de conservación de la biodiversidad, estas cuencas se encuentran entre las zonas más afectadas por los devastadores incendios forestales de 2019.

El Proyecto ‘Paisajes Resilientes en la Chiquitania, Santa Cruz’, impulsado de manera conjunta por la Unión Europea, la Cooperación Alemana a través de la GIZ, y el Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, contribuye a la seguridad hídrica de estas cuencas desde un enfoque integral de paisaje.​ De esta forma, se considera al agua como conector necesario para lograr paisajes resilientes en la región mediante el manejo integrado de los recursos hídricos, el fomento de prácticas agropecuarias sostenibles, la restauración de áreas de alto valor de conservación  así como la protección de los hábitats y su biodiversidad.

En efecto, la Chiquitania cuenta con un increíble​ potencial debido en primer lugar al bosque seco chiquitano, un espacio natural único en el mundo que forma parte de corredores de conectividad biológica. Además, estas áreas boscosas concentran altos índices de humedad y constituyen importantes refugios para la fauna y flora que habita en las cuencas de los ríos Paraguá y San Martín y en la subcuenca Zapocó. Gracias a sus 3.621 especies de flora, 700 de aves y 300 de peces que conviven en armonía con pueblos indígenas, la región chiquitana alberga una rica biodiversidad que se encuentra protegida en el 40% de su territorio. En cuanto a flora, encontramos variedades como el cedro, morado, tajibo o las orquídeas. También se cuenta con especies como el asaí, palma real o el cusi, considerado “el árbol de la vida”. Destacan asimismo el jaguar, el mono chichilo o la rana chiquitana.

Para frenar la inquietante pérdida de la biodiversidad, el proyecto ‘Paisajes Resilientes en la Chiquitania, Santa Cruz’ aborda la problemática ambiental y social a través de una perspectiva integrada y multinivel basada en el enfoque de gestión integrada y sostenible de paisajes y el concepto de seguridad hídrica, contribuyendo a que los actores claves apliquen y promuevan políticas transformadoras en estas áreas de manera exitosa. El proyecto promueve acciones de cambio para la conservación de nuestra biodiversidad y ecosistemas, con el objetivo, entre otros, de gestionar 20.000 hectáreas de tierra de forma sostenible.

Desde soluciones basadas en la naturaleza, pasando por seguridad alimentaria y del agua y medios de vida sostenibles, la biodiversidad es la base sobre la cual podemos reconstruir mejor y ofrecer respuestas a varios desafíos del desarrollo sostenible. Nuestros recursos hídricos, bosque y tierra están conectados entre sí y por ello todos juntos debemos cuidar nuestras cuencas y su biodiversidad